Gatitos

Ya estaba tardando en presentar a mi familia gatuna. Sianakrom me lo pidió y me he decidido a dedicarles este post.

Pumuki (3años) fue el primero en llegar a casa; tenía dos meses cuando vino y desde el primer momento fue un gatito extrovertido y un poco cagón (aún me rio cuando recuerdo el miedo que le dio una lata de coca cola cero la primera vez que la vió; supongo que pensó que era un bicho jajaja). Es el reflejo de un gato feliz: Sociable y encantador con todo el mundo. Las visitas se enamoran de él porque es casi perfecto (un poco guarrillo comiendo pero algo tenía que tener). Es ideal a pesar de ser una fuente de pelos infinita...

A Pumuki lo compré en una tienda no muy recomendable (el pobre resultó estar lleno de pulgas y de ácaros) y allí había alguien más; una negrita a la que ignoré y que se quedó solita en la jaula de cristal. Sin embargo, no me la pude quitar de la cabeza y volví un mes y medio después para comprobar que ya no seguía allí. No era así; había crecido y parecía deprimida sola en el pequeño escaparate (aún no sabía que, desgraciadamente los gatos negros tienen menos posibilidades por las tontas supersticiones).

No tardé ni una semana en llevármela; no podía dormir pensando en ella. Cuando llegó a casa pensé que le ocurría algo porque estuvo dos días sin parar de ronronear en ningún momento; tenía sangre en las orejas y no sabía saltar. Pumuki la aceptó bien a los pocos días (ya no la recordaba) y la enseñó a hacer de todo. Además la lamiaba y le daba mimitos a menudo.

Lunita (3 años) es tímida con los extraños y sociable con los gatitos nuevos; es mi chiquitina y mi virutilla. Los demás la quieren mucho pero como es tan sumisa, a veces cuando se aburren, le pegan... (¡pobrecita! con esa carita de pena que pone y sus maulliditos la tenemos de lo más consentida). Conmigo es súper cariñosa pero cuando y como ella quiere.



Después de esto comencé a interesarme por las asociaciones de animales y fundé una con un grupo de personas que tenían las mismas preocupaciones que yo. Estuve muy implicada en ella durante dos años y ahora, que tengo menos tiempo, colaboro de forma puntual.  http://www.adoptaunamigoengrancanaria.org/ Después de ver todo tipo de caso de animales abandonados, pienso que es mucho mejor adoptar un animal de una protectora o una perrera que fomentar el lucro de las tiendas con la explotación de estos.

He conocido muchos casos de animales desgraciados a raíz de esta asociación; entre ellos a mi querida Punky, a la que acabé adoptando.

Punky (7 años), en realidad llamada Linda o Pancky 2,  era la gatita de una anciana de 80 y pico años que enfermó y estuvo ingresada muy grave durante unos seis meses. Mi potatita estuvo sola todo ese tiempo; tan sólo una persona pasaba de cuando en cuando a limpiar la casa y darle de comer. Cuando llegó a mi casa me encontré a una de las gatas más traumatizadas que he visto. Estuvo un mes en una habitación escondida detrás de un colchón bufando y haciendo gestos agresivos si alguien la miraba. Probablemente apenas había tenido vida social ni antes ni después de morir su dueña. Además, había sido desungulada; práctica que me parece super cruel (para quien no sepa que es, se trata de amputar la parte del dedo donde crece la uña; como si a ti te cortasen la punta de los dedos). Eso hace que el gato se sienta mucho más inseguro y además tenga problemas de equilibrio y, por supuesto, para sujetarse ya que no puede engancharse con las uñas.

En fin, poco a poco fue confiando en mí con las pautas que me dio el etólogo (psicólogo de gatos) y yo me di cuenta de que la mayoría de sus manifestaciones agresivas son puro teatro; ya no nos damos ningún miedo la una a la otra. Eso sí, sigue siendo una gruñoncita y siempre se está quejando, pero nos queremos muchísimo.



Por último hablaré de Nazli (2 años) significa belleza en árabe; ella es una gatita de acogida; es decir, que está en mi casa mientras le buscamos una familia definitiva que la quiera y le de todo el cariño que se merece. Es muy juguetona y le gusta estar acompañada. Como la mayoría de los animales recogidos tiene una triste historia a sus espaldas; para resumir diré que fue recogida casi moribunda de inanición y deshidratación. A la pobre le cuesta calcular las cantidades de comida y hay que vigilarla porque come en exceso.

A Punky le cae fatal porque es un poco especial y no le gusta la gente extraña, (aunque Nazli ya lleva más de un mes) así que Nazli tiene que aguantar sus bufidos cada vez que osa mirarla a los ojos. Con los otros dos se lleva bien.

Pues estos son mis queridos peludines. En este momento están durmiendo todos a mi alrededor; les encanta estar acompañados y siempre me reciben cuando llego (en contra de la idea que mucha gente tiene de los gatos: traicioneros e independientes).

¡Pon un gato en tu vida!