viernes, 5 de noviembre de 2010

Los Vampiros; esas criaturas misteriosas


Podría comenzar hablando de Nosferatu; ese vampiro feo y triste que me provocó la risa, cuando ví la versión en la que salía el excéntrico Klaus Kinski, en plena edad del pavo. Pero la verdad es que en mi caso todo empezó con esa serie alemana que me encantaba y de la que no me perdía ni un capítulo: "El pequeño vampiro" o, lo que es lo mismo; las aventuras de Rüdiger, un niño vampiro, su hermana Anna, y su amigo humano Anton. Rüdiger se convirtió en mi ídolo y con el paso del tiempo en mi amor platónico.


Sí, no es cachondeo; me refiero al mocosillo de las fotos de arriba. Me fascinaba esa serie y me pasé años paseándome vestida de vampira con una capa (un vestido de gasa negra que le cogí a mi madre y que se fue haciendo jirones con los años de uso), la cara pálida y las ojeras acentuadas. Me acuerdo unas vacaciones que pasó mi abuela con nosotros; de poco le da un yuyu cuando me vio vestida de muerta viviente "¿Dónde vas con esas pintas, niña?". Me sorprendió porque yo ya lo veía tan normal. Por suerte para ir al cole me disfrazaba de colegiala...

Tenía un escritorio, para estudiar, que no era una mesa cualquiera; si no un mueble de guardar discos de vinilo volcado hacía un lado (ya sé que suena a la prehistoria pero mis padres fueron aficionados al vinilo muchos años; y aún guardan los discos y el tocadiscos). El caso es que quedaba como una cueva, con suelo y todo debajo, en la que cabía perfectamente. Y ahí me pasaba parte del tiempo, maquinando mis invenciones como si fuera mi cripta. La entrada la cerraba usando el vestido a modo de cortina.

La verdad es que no era la única friki; compartía todas estas aventuras, que mi mente calenturienta y la serie me sugerían, con mi amiga Beatrice, que le pidió a su padre que le hiciera un ataúd y se lo regalase para su cumpleaños (no sé qué cara pondría el padre; me la perdí). Pasábamos mucho tiempo juntas en nuestro mundo, turnándonos entre su casa y la mía. Vestíamos de vampiras y con el tiempo también de brujas, con escoba de paja y todo. Ahora que echo la vista atrás, me parece que teníamos alma de góticas pero, por aquel entonces, eso aún no existía. Nuestro aspecto llamó la atención de otros niños del barrio y fuimos haciendo "admiradores" y también "enemigos" (en la mayoría de los casos eran los mismos que querían amistad o pelea según su estado de ánimo). Venían a buscarnos y gritaban debajo de mi balcón para que bajásemos (parece surrealista, pero es verídico).

En realidad, ellos no nos importaban demasiado; nos sentíamos felices en nuestro mundo imaginario compartido, que resultaba mucho más interesante que todo lo demás. Estábamos a punto de cumplir los doce.

Creo que la siguiente peli de vampiros que me marcó fue "El baile de los vampiros", una comedia de Roman Polanski que ya tenía unos añitos pero que me divirtió mucho (he de reconocer que cuando la he vuelto a ver no me ha hecho tanta gracia) y cuya protagonista, Sharon Tate, me fascinó por su belleza y por su terrible asesinato http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/aquello/revaquello103.htm . Dice la leyenda, que es por ese trauma del asesinato de su mujer, por lo que Roman Polanski se quedó "tocado" y se volvió tan truculento como para hacer "Piratas" y algunas otras películas con escenas un tanto "fuertes".






Años después llegó la película de Coppola, que me sigue pareciendo una maravilla y le hice un hueco al cartel en el empapelado de posters de mi habitación, y hasta colgué un rosario antiguo sobre el poster, en plan creativo, para darle dramatismo.



Para entonces, estos seres mitológicos ya me habían robado el corazón y comencé, inconscientemente, a no perderme peli o serie sobre ellos (por suerte siempre están de moda y se han inventado todo tipo de variantes). Unas me gustan más y otras menos, pero me suelen gustar la mayoría. Podría mencionar muchas: "Entrevista con el vampiro" (y los libros de Anne Rice), "Underworld", "Van Helsing" (esa no me gustó), "Blade", "Diario de un vampiro", "True Blood", "Moonlight", "Carmilla, la vampira" (esta es una pequeña historia lesbica muy sugerente escrita por Sheridan Le Fanu en 1872, y de la que existe una peli antigüa), la maravillosa peli sueca "Déjame entrar" (de la que no entiendo para qué han hecho un remake) y seguro que me dejó muchísimas; hasta una vez ví una que se llamaba "Drácula 2001"... Sin duda, los vampiros "venden".


 

 


Ah! Casi se me olvida hablar del vampiro de moda..."Edward Cullen". Lo confieso; mi madre me regaló el primer libro (Crepúsculo) justo cuando estrenaron la peli y me leí toda la saga en menos de dos semanas. Tampoco me he perdido, ni me perderé, ninguna de las pelis. Y aunque suene paradójico diré, que no me gusta la moraleja moralista ni la falta de lascivia de los vampiros protagonistas. Todos los adictos vampíricos sabemos que pueden cambiar las formas de matarlos o los poderes de unas versiones a otras; pero a todos los vampiros les pierde la lujuria (entendida de forma vampírica, claro). Por lo tanto, de Robert Pattison sólo os dejaré lo siguiente; una foto muy graciosa que me encontré de casualidad:



Sólo una cosita más: Cuidadito con a quién invitáis a entrar en vuestra casa...


1 comentario:

  1. Se me olvidó mencionar una peli muy extraña protagonizada por Catherine Deneuve y Susan Sarandon: "El Ansia".

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